Puede que ya hayas oído hablar de ella, o quizá sea la primera vez que lees esto de que hay un ruta de las kasbahs que lleva al desierto del Sáhara. En cualquier caso, seguro que ha despertado tu imaginación y te mueres de ganas por conocerla, a nosotros nos pasó igual.
Es un nombre un un tanto indeterminado que siempre genera dudas y discusiones. ¿Hay más de una ruta?¿Es cierto que hay 1.000 kasbahs?¿Se pueden visitar todas? Y sobre todo, ¿cuál es la mejor?
Pues para resolver todas esas dudas y muchas más hemos elaborado una guía completa sobre todo lo que tienes que saber antes de adentrarte en este territorio lleno de historia y misterios.
Si quieres recorrer esta maravillosa ruta o necesitas más información sobre tu viaje a Marruecos, no dudes en escribirnos al correo hola@routive.com. ¡Nada nos gusta más que ayudar a otros viajeros!
Índice:
- Atravesar el Atlas
- Tizi n Tichka
- Valle de Ounila
- Kasbah Telouet
- Ksar Ait Ben Haddou
- La ruta de las kasbahs
- Ouarzazate
- Kasbah Taourirt
- Kasbah Tifoultoute
- Skoura
- Kasbah Amridil
- Valle del Dades
- Gargantas del Todra
- Ksar Tighremt N Tiydrine
- Ksar Ait Goulmima
- Ouarzazate
- Otras kasbahs y valles
- Valle del Draa
- Ksar Tamnougalt
- Valle del Ziz
- Valle del Draa
Atravesar el Atlas
Lo primero que tienes que saber, es que para llegar a la ruta de las kasbahs propiamente dicha, seguramente tengas que atravesar las montañas del Atlas, bien desde Marrakech o desde Fez.
Vamos a coger como punto de partida Marrakech, por ser la ruta más habitual e interesante desde nuestro punto de vista. Aunque también iremos haciendo referencia al trayecto desde Fez a lo largo del texto.
En este primer paso no sólo encontrarás un paisaje montañoso de postal, sino que ya empezarás a ver las primeras kasbahs, como la de Telouet o el ksar de Ait Ben Haddou, el mejor conservado de Marruecos.
🙇🏻♂️ RouTIP
La diferencia entre una kasbah y un ksar puede resultar confusa al principio, debido a que muchas veces se utiliza el mismo nombre para referirse a determinados lugares. Es decir, que puedes ver escrito tanto kasbah Tifoultoute como ksar Tifoultoute, por poner un ejemplo.
La diferencia entre estas dos es que una kasbah es una construcción particular, una especie de castillo o palacio con cuatro torres defensivas y un patio pertenecientes a una sola familia. Mientras que el ksar es un conjunto de viviendas agrupados dentro de una fortificación, al estilo de las viejas ciudades medievales. Dentro del ksar podía haber casas normales de adobe, kasbahs en incluso mezquitas o sinagogas.
La confusión llega cuando dentro de un ksar sólo hay una kasbah y se llama al lugar indistintamente kasbah o ksar, como en Tamnougalt, por poner otro ejemplo.
Tizi n Tichka
Desde Marrakech, la ruta que te lleva al desierto pasa necesariamente por el puerto de Tichka, el más alto de la cordillera del Atlas con sus 2.260 metros de altitud.
Es una carretera larga y muy sinuosa, especialmente en su vertiente norte (la que da hacia Marrakech), pero llena de paisajes impresionantes. Podrás parar en alguno de las poblaciones que hay a pie de carretera, en alguno de sus miradores o en una cooperativa de argán. Verás pueblos tradicionales bereberes y pastores en las laderas cercanas.
El alto del puerto no es lo más bonito que hay en él, así que no esperes para sacar tus mejores fotos allí. Está lleno de tiendas de recuerdos y no es un lugar especialmente interesante, salvo por hacerte una foto con el cartel del puerto.
La carretera es ancha y está en buen estado, mayoritariamente, pero eso no quita de que esté llena de curvas y en constante mantenimiento. Es frecuente encontrar obras, tráfico abundante o retenciones puntuales. No te olvides la Biodramina si eres de los que se marean.
Valle de Ounila
El valle del río Ounila es uno de nuestros lugares preferidos de Marruecos. Se encuentra al este de la carretera principal de Tizi n Tichka en la vertiente sur, es decir, entre el alto del puerto y Ouarzazate, y está plagada de paradas interesantes.
Kasbah Telouet
Encontrarás la primera kasbah del camino en Telouet, una kasbah moderna pero más que interesante. Guarda vestigios del siglo XVI, pero la mayoría pertenece a los siglos XIX y XX, ya que estuvo ocupada por la familia de El Glaoui hasta mediados del siglo pasado.
Thami El Glaoui fue una figura fundamental durante la época del protectorado francés. Conocido como el «Señor del Atlas», dominó con mano de hierro estas tierras con el título de Pachá de Marrakech.
Vivió en la Kasbah Telouet, también denominada Palacio El Glaoui, junto a un harén de 80 concubinas y empleó mano de obra esclava en su construcción. Los artesanos de la zona trabajaban gratis durante años para él a cambio de su protección.
Ahora la kasbah se encuentra abandonada y sólo se conservan un par de estancias ricamente decoradas, pero por aquí pasaron personalidades como Winston Churchill, Ernest Hemingway o Charles de Gaulle para disfrutar de sus preciosas vistas y la hospitalidad bereber.
Tras la independencia de Marruecos en 1956, Thami El Glaoui fue acusado de apoyar a los franceses y se tuvo que exiliar en París, donde moriría poco después. Se pueden encontrar palacios y kasbahs que fueron suyas en Ouarzazate y Fez también.
Un poco más adelante, saliendo del pueblo de Telouet, encontrarás unas bonitas montañas que esconden el tesoro del que se alimentaba la fortuna de los primeros El Glaoui: la sal. Éste era un producto muy valioso siglos atrás y aún hoy se sigue extrayendo de las minas que hay dentro de las montañas.
Las rocas aquí están compuestas de minerales que dan diferentes tonalidades al terreno. El agua subterránea y las lluvias arrastran la sal, que queda al descubierto cuando se evapora el agua.
El paisaje es realmente bonito, casi de otro planeta, y las minas se pueden visitar simplemente pidiendo permiso al responsable. Se agradece, eso sí, que dejes una propina y respetes el trabajo de los obreros.
A medida que avanzas por la carretera comprobarás cómo el paisaje va cambiando, descubriendo un terreno cada vez más árido y monocolor, a excepción de la zona junto al río, llena de huertas, árboles y palmeras.
Los pueblos, perfectamente mimetizados con el paisaje, salpican el recorrido con estampas preciosas de la dura vida diaria de estas gentes, que siguen dedicándose al pastoreo y la agricultura principalmente.
Es toda una experiencia recorrer esta carretera en constante transformación, donde las altas montañas dan paso a colinas de colores y éstas a cañones desnudos. Un camino que te lleva literalmente al desierto y a las kasbahs más famosas de Marruecos, que se encuentran en Ait Ben Haddou.
Ksar Ait Ben Haddou
Este pueblo fortificado alberga al menos 4 kasbahs en su interior, de las cuales se pueden visitar al menos un par de ellas. También podrás ver cómo es una casa bereber por dentro y recorrer las calles de este ksar, considerado el más bello y mejor conservado del país.
Ha sido escenario de películas como Gladiator, La Reina del Nilo o Lawrence de Arabia y series como Juego de Tronos entre otras. Hoy, a pesar de tener un puñado de familias que aún viven dentro, también es escenario de los miles de turistas que la visitan cada día.
Te recomendamos dejar esta visita para primera o última hora del día para evitar las horas donde mayor concentración de turistas hay, porque puede deslucir bastante el paseo.
Se puede considerar que ésta es la última parada del Valle de Ounila o la primera de la Ruta de las Kasbahs, ya que aquí el valle pierde su encanto y no se puede excluir este ksar de entre los más importantes. Además, Ait Ben Haddou está muy cerca de Ouarzazate, lugar de comienzo de la Ruta de las Kasbahs.
Ruta de las Kasbahs
Se le denomina popularmente Ruta de las Kasbahs al trayecto comprendido entre Ouarzazate y Tinerhir (Gargantas del Todra). No es que no haya otras zonas con kasbahs en Marruecos, ni siquiera es que vayas a estar viendo kasbahs durante todo el recorrido, simplemente hay una gran acumulación de ellas históricamente, al ser un territorio que recorrían la mayoría de las caravanas que venían del desierto.
No hay que olvidar que las kasbahs eran una edificación defensiva, muy útil para territorios en disputa o lugares donde abundaban los forasteros. Aunque lo que realmente da nombre a la ruta es el gran número que acumulaba el palmeral de Skoura, un oasis muy valioso entre el desierto y las montañas.
Hay que aclarar que muchas de las kasbahs se encuentran en estado de abandono total, no te pienses que podrás visitar muchas o que las conservan como monumento histórico. Sólo Amridil y Ait Ben Haddou están perfectamente preparadas para recibir visitas.
Ouarzazate
En Ouarzazate encontrarás la Kasbah Taourirt y los estudios de cine como mayor atracción. A nosotros nos pareció un buen lugar para hacer noche por el ambiente juvenil y europeo que vimos.
Fue centro administrativo y militar del protectorado francés y así se ha quedado. Muchas familias de diferentes puntos de Marruecos se establecen allí por motivos laborales.
Verás parejas jóvenes con sus hijos por las calles, moda occidental y muchos puestos de comida europea.
Kasbah Taourirt
Esta kasbah perteneció a la misma familia que la de Telouet (El Glaoui) pero a diferencia de la otra, no tiene ningún tipo de adorno en el interior. El exterior promete una visita majestuosa, pero el interior es todo lo contrario: paredes desnudas, habitaciones sin gracia e incluso un estado de mantenimiento que se parece más a un lugar abandonado que a un monumento importante del patrimonio Marroquí, limpio y poco más.
Lo más interesante es perderse por sus pasillos, escaleras y diferentes habitaciones. Da la impresión de ser un pequeño laberinto, pero sin posibilidad de perderse. También se puede dar una vuelta por el pequeño ksar que rodea a la kasbah, aunque es bastante turístico.
Justo en frente de esta kasbah está el Museo del Cine, que forma parte de la ruta cinéfila que puedes hacer en Ouarzazate, visitando este museo y los estudios de cine que verás a las afueras. Sólo recomendados para amantes del cine, ya que muchos viajeros acaban decepcionados después de la visitas.
En los Atlas Studios, aún en activo, se han grabado superproducciones como Lawrence de Arabia, Axterix y Obelix: Misión Cleopatra, Los Diez Mandamientos, La Momia, Gladiator o las primeras películas de La Guerra de las Galaxias. Encontrarás escenografías originales de las películas, vestuario, atrezo y multitud de fotos de las películas allí rodadas.
Kasbah Tifoultoute
A las afueras también encontrarás una kasbah rodeada de casas que no es exactamente un ksar pero lo parece. Su ubicación, en la ladera de una colina recuerda a Ait Ben Haddou, pero ésta no recibe la misma atención ni cuidados.
Puedes parar simplemente a contemplarla o acercarte a visitarla. No está tan bien conservada como otras, pero a cambio encontrarás más autenticidad y cercanía. También propiedad de Thami El Glaoui en su día.
Skoura
El palmeral de Skoura es uno de los más grandes de Marruecos, pero es mucho más que eso. La riqueza que supone este punto verde en el entorno desértico y su importancia estratégica hicieron que el Mulay Ismail ordenara la construcción de asentamientos fortificados aquí en el siglo XVII.
Con el paso del tiempo se fueron acumulando kasbahs de todo tipo y tamaño, de las que hoy se conservan aproximadamente 70 en distinto estado de conservación.
La mayoría están abandonadas y el agua o el viento las va desgastando lenta pero inexorablemente. Se recomienda guardar cierta distancia al visitarlas porque las paredes son muy endebles y los derrumbamientos se pueden producir en cualquier momento.
Tomarte tu tiempo para pasear por el palmeral de kasbah en kasbah es una de las mejores cosas que puedes hacer durante tu viaje. Aún hay muchas familias que viven dentro del palmeral y el contraste entre la vida cotidiana, las viejas kasbahs, las palmeras y la cordillera del Atlas al fondo es muy especial.
Kasbah Amridil
Levantada en el siglo XVII, esta es la kasbah mejor conservada de Marruecos. Quizá porque estuvo habitada hasta hace poco por la familia aún propietaria, Nassiri, que también se ocupa ahora de su mantenimiento y de que los guías que allí trabajan sean tan amables como profesionales, estando bien informados sobre la historia del monumento.
Los habitantes de Skoura llevan muy a gala que esta Kasbah Amridil haya aparecido, hasta hace poco, en los billetes de 50 dirhams, así como haber sido escenario de varias películas (Babel, Gladiator…).
Está en constante restauración, ya que la erosión le afecta igual que a sus compañeras de palmeral y es necesario reconstruir y cuidar tanto tas estructuras como los adornos de la fachada.
Durante la visita verás el patio central con numerosos utensilios de la vida cotidiana, las habitaciones, la cocina, la mezquita privada o el hammam (baño). Desde la terraza, además, tendrás una de las mejores sobre el palmeral. La visita merece mucho la pena y justo al lado tiene un restaurante donde se come bien (previa reserva).
Valle de las Rosas
La siguiente parada en la Ruta de las Kasbahs es el Valle de las Rosas, un pequeño rincón donde estas flores han encontrado un auténtico vergel.
La zona donde se cultivan es relativamente pequeña, pero merece la pena hacer una parada en su capital, Kelaat M’Gouna, donde todo está plagado de productos hechos con rosas, ¡hasta los taxis son de color rosa!
Lo recomendable es visitarlo en los meses de abril y mayo, porque fuera de estas fechas el paisaje tampoco dice mucho. Hay un mirador a la entrada de Kelaat M’Gouna desde el que se puede ver gran parte de los cultivos.
Valle del Dades
El valle más bonito y variado de la ruta es sin duda el que recorre el río Dades. Desde su capital, Boulmane de Dades, la carretera va deslizándose por la orografía pasando de la rivera verde llena de árboles frutales y hallas, a unas abruptas montañas de colores en Tamellalt, después los famosos Dedos de Mono y por último la garganta a la que se llega superando las fotogénicas curvas de Tidrite.
A pesar de ser muy visitado, sobre todo en temporada alta, no todo el mundo se queda a dormir en este valle, algo que nosotros te aconsejamos encarecidamente, ya que es un lugar muy tranquilo y precioso (al menos en temporada baja, cuando notros fuimos).
Si tienes tiempo suficiente, podrás hacer alguna ruta de montaña o recorrer los Dedos de Mono por dentro, unas curiosas formaciones montañosas. Sólo tienes que cruzar el río y dirigirte hacia ellos para encontrar algún camino que te lleve a verlos de cerca, ¡muy recomendable!
Gargantas del Todra
El Valle del Todra es incluso más conocido que el del Dades, aquí confluyen viajeros tanto de Fez como de Marrakech en su ruta al desierto de Merzouga, a lo que hay que sumarle la atracción que genera entre escaladores y montañeros.
La zona del valle es conocida como Tinerhir, y alberga también una importante tradición bereber. Las enormes paredes de la garganta parecen ensombrecer otros encantos de la zona, como los viejos pueblos junto al río o las rutas a pie por las montañas.
Ksar Tighremt N Tiydrine
La carretera que lleva desde la capital, Tinghir, hasta las Gargantas del Todra está salpicada de pueblos y palmerales, algunos muy antiguos, como el ksar de Tighremt N Tiydrine, en bastante mal estado pero muy pintoresco.
Junto a estos ruinosos ksares verás viviendas nuevas hechas de hormigón, son de los mismos habitantes del pueblo, sólo que las familias han construido sus nuevas casas con un material más resistente que el adobe y la arcilla, abandonando las viejas viviendas.
La gran mayoría de los viajeros se contentan con verlo desde un mirador a pie de carretera, así que si quieres salirte de la ruta habitual y tienes tiempo suficiente, recorrer el pueblo será una experiencia bastante personal.
Ksar Ait Goulmima
Otra experiencia muy poco turística es visitar el pueblo de Ait Goulmima, fuera de las rutas convencionales y con un ksar recientemente declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Actualmente está en fase de recuperación para devolverle su esplendor original. Puede que no sea el más bonito, pero desde luego es uno de los más auténticos que hemos visto.
El hecho de que siga viviendo gente en su interior hace muy especial la visita, es como si un tiempo pasado se replicara en la actualidad. Los dueños del ksar ceden las casas a familias pobres de las montañas para que se refugien aquí a cambio de mantener la vivienda en buen estado y los gastos de luz.
El tendido eléctrico es la única concesión a la vida moderna que verás allí, ni siquiera hay agua corriente, los habitantes del pueblo tienen que acudir a las diferentes fuentes que hay en el ksar para abastecerse. Fuentes que tienen un horario restringido para los foráneos. Se cierran las puertas a cierta hora y tendrás que pedir que un vecino te abra para conseguir acceder a la fuente.
En el Ksar Goulmima tiene zonas más antiguas, remontándose hasta el siglo XVI, y más modernas, del siglo XVIII. Lo ideal es contratar un guía local en la entrada para que te vaya explicando y te haga el recorrido por las calles, que son un tanto laberínticas y sin indicaciones de ningún tipo.
Tiene el encanto de estar al margen de las tendencias turísticas, de conservar su vida cotidiana y actualizar una edificación del pasado. Los inquilinos te mirarán con incredulidad al ver un extranjero en su ksar.
Otras Kasbahs y Valles
Como te hemos dicho, la Ruta de las Kasbahs no es la única en la que puedes encontrar viejas kasbahs y ksares. Por todo el sur de Marruecos encontrarás vestigios de estos palacios y pueblos fortificados.
Por ejemplo, en el Valle del Draa, que se dirige a Zagora y Mhamid o en el Valle del Ziz, entre Merzouga y Fez, también encontrarás numerosas ruinas de estos asentamientos medievales.
Valle del Draa
La parte del desierto que se encuentra por debajo de las Ruta de las Kasbahs, separada por una gran cordillera, recibe el nombre de Desierto Negro. Debe este nombre a la tonalidad de las rocas que lo forman, menos rojizas y ocres que en la parte norte, con tonos oscuros o marrones.
Por aquí discurre el río Draa, que nace en Ouarzazate y recorre el mismo cauce que la carretera de camino hacia las dunas de Zagora y Mhamid. Esta carretera, por tanto, también ofrece la posibilidad de ver palmerales y kasbahs, alguna de ellas más auténticas que las de la ruta norte.
Ksar Tamnougalt
Una de las visitas más recomendables por la historia que emanan sus calles y la autenticidad del lugar. La kasbah de Tamnougalt (cruce de caminos en bereber) data del siglo XVI y fue un importante centro de comercio, ejerciendo también de puesto aduanero para las mercancías que venían del desierto hacia Marrakech o hacia la costa (sal, oro, marfil…).
Hay zonas mejor y peor conservadas tanto en la kasbah como en el ksar, pero la poca intervención le aporta realismo. Aún hay familias viviendo allí, aunque muchas menos que antaño. En los años sesenta, una fuerte sequía y la creación del estado de Israel hicieron que gran parte de la población y casi todos los judíos abandonasen Tamnougalt.
Hoy es refugio de escritores y artistas que llegan hasta allí en busca de tranquilidad y un lugar bonito donde pasar una temporada. El palmeral también es grande y las vistas desde lo alto de la kasbah son espectaculares. Perderse entre las calles del ksar una experiencia realmente inmersiva en otra época.
Valle del Ziz
Entre Fez y Merzouga se encuentra este valle impresionante, un enorme cañón repleto de palmeras. La carretera discurre por un paisaje desértico y vacío sólo tapizado de un verde intenso junto al cauce del río.
La mayoría de los viajeros sólo paran en el mirador y siguen su viaje rápidamente, pero si bajas hasta el palmeral, descubrirás un mundo diferente, rural y muy hospitalario.
En este trayecto también encontrarás viejas kasbahs y ksares abandonados, algunos hechos de piedra, en lugar del típico adobe, siguiendo el estilo de los pueblos bereberes de las montañas, como el Ksar de Meski.
¡Y esto es todo! Un repaso completo por las kasbahs más accesibles para tu viaje a Marruecos. Recuerda que puedes consultarnos cualquier duda que te surja escribiendo a nuestro correo hola@routive.com, estaremos atentos a tus noticias.¡Buen viaje! 🚗🌴☀️
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