Ya era hora de que se pusieran a las claras todas las verdades y mentiras que existen sobre Marruecos. Circulan muchos mitos e ideas preconcebidas que sólo los que ya han estado allí pueden desmontar de un plumazo. Pero también otras imágenes que, asociadas a Marruecos, cumplen e incluso superan las expectativas.
Temas como la seguridad, las altas temperaturas o los vendedores ambulantes han generado mucha leyenda urbana, basada más en habladurías que en experiencias personales.
También hay quien sigue pensando que Marruecos es un país atrasado culturalmente o con un paisaje pobre y monótono. ¡Totalmente equivocados!
Bien, pues basta de mitos y hablemos de realidades. Estos son los lugares comunes que suelen transitar los que conocen Marruecos y los que no. Si tienes algún chisme más que desmontar o alguna duda que no hayamos resuelto, estamos a tu disposición para cualquier aclaración sobre tu viaje en el correo hola@routive.com. ¡No te quedes con la duda, estaremos encantados de ayudarte!
Índice:
- Calor
- Dinero
- Seguridad
- Mujeres
- Comida y alcohol
- Transporte
- Vendedores y Falsos Guías
- Desierto
- Riads
- Mezquitas
- Niños y mendigos
- Fotos y vídeo
1. Calor
El calor puede ser un problema en Marruecos si viajas a la zona sur en verano (Marrakech y alrededores). El resto del año no encontrarás mayor problema que ir siempre con tu botellita de agua y protegerte del sol.
Las temperaturas extremas sólo se dan en la parte interior o al sur del país durante los meses de julio y agosto, llegando los termómetros a sobrepasar los 40ºC. A pesar de ello, en la mayoría de las medinas las calles son estrechas y la sombra que ofrecen invita a pasear, especialmente a última hora de la tarde, si no quieres refugiarte en tu hotel todo el día.
2. Dinero
La moneda oficial de Marruecos es el Dirham, no el Euro, tendrás que cambiar dinero en la frontera o en el aeropuerto, preferiblemente. Tampoco hace falta que cambies muchísimo dinero, la mayoría de los marroquíes aceptan de buen agrado el pago en euros, con el que suelen salir ganando, todo hay que decirlo. Pide siempre el precio en dirhams para que no te cobren 20€ como si fueran 200Dh (200Dh = 18’81€ aprox.)
En las principales ciudades verás multitud de casas de cambio, mientras que los cajeros automáticos, escasos en las zonas menos pobladas, te cobrarán comisiones bastante elevadas. Nuestro consejo es que cambies el dinero en el aeropuerto, que suelen tener buenas tarifas y son más fiables que las casas de cambio callejeras.
Te ahorrarás problemas llevando dinero en efectivo, ¡sobre todo billetes pequeños y monedas! Manejar una buena cantidad de dinero efectivo de poco valor te ayudará a dar propinas razonables, de manera que no tengas que soltar más de lo que quieres por no llevar calderilla; también a regatear, ya que podrás jugar más con los precios, o llevar ya preparado el dinero que quieres pagar y decir que no tienes más en ese momento.
El tema de las propinas no es obligatorio, aunque sí habitual. Se considera un signo de buena educación y de respeto por los demás aportar algo al que te atiende o ayuda, pero ten cuidado porque hay restaurantes en los que ya viene incluido el servicio en la factura.
Se suele dar al menos un 10% del total, pero puedes dar lo que estimes oportuno. Aunque no es frecuente, hay quien te pedirá propina porque vive de ellas, otros lo harán por sacarte algo más de dinero.
3. Seguridad
Marruecos es un lugar bastante seguro para el viajero. Rara vez se dan robos con intimidación, y mucho menos a extranjeros. No sólo está muy mal visto socialmente, sino que las condenas son muy duras para los ladrones.
El turismo es la segunda industria del país, sólo superado por la agricultura, por lo que el gobierno y la policía cuidan mucho de que no haya incidentes con los viajeros.
En las zonas rurales, por otro lado, es muy difícil que te pase algo, los marroquíes son tan hospitalarios que te invitarán a su casa antes de pedirte lo más mínimo.
Esto no quiere decir que puedas andar tranquilamente por cualquier sitio, en las ciudades hay barrios donde la principal actividad económica no es el turismo precisamente… Así que, como norma general, es recomendable ir acompañado cuando cae la noche, más o menos como en cualquier lugar que visites por primera vez.
Siempre es aconsejable llevar bolsos o mochilas con cremallera, preferiblemente en la parte delantera y no despistarse con dónde tienes tus pertenencias.
4. Mujeres
Hay gente que sigue pensando que Marruecos no es un buen destino para las mujeres, sin embargo, cada año, cientos de miles de mujeres visitan Marruecos sin traerse una mala imagen de vuelta.
Los tiempos en los que se ofrecían camellos a cambio de mujeres han quedado muy atrás, y hoy por hoy, salvo alguna mirada curiosa o algún piropo, no te molestarán más de lo habitual.
Por supuesto, no hace falta que te cubras la cabeza ni que vayas demasiado tapada. Sí que nos parece recomendable tener en cuenta ciertas normas de decoro para no llamar la atención, como no usar ropa ceñida, pantalones o faldas muy cortas, taparse los hombros o evitar grandes escotes, ya que las miradas y los comentarios serán más numerosos.
5. Comida y bebida
El mito de lo rica que es la gastronomía marroquí no es ningún mito, es una deliciosa realidad. Incluso si alguna vez has probado suerte en un restaurante marroquí, lo que te encontrarás allí superará ampliamente tus expectativas y derribará prejuicios.
Aunque se utiliza una amplia variedad de especias, la mayoría de los platos no tienen un sabor fuerte o extraño, al contrario, la mayoría están compuestos de verduras con un sabor suave y tienden a ser dulces. Vegetarianos y veganos tienen en el recetario marroquí un auténtico filón para comer sano y rico.
Por muy buena pinta que veas a la comida callejera, mejor desconfía porque tu estómago te lo agradecerá. En los restaurantes no suele haber problema, pero si te arriesgas a comer algo preparado en la calle (cuyas medidas higiénico-sanitarias son cuanto menos dudosas), hazlo bajo tu propia responsabilidad y prepárate para un día conociendo todos los baños de la zona.
Es cierto que si vas a pasar muchos días, puede que te acabes cansando de todo tipo de tajines y dulces árabes, pero siempre encontrarás una hamburguesería amiga o restaurantes internacionales en los lugares más visitados por extranjeros.
Olvídate de probar el alcohol en tu viaje a Marruecos, a pesar de ser productores de vino y de que los jóvenes, cada vez más, se toman sus copitas cuando salen o en la intimidad de sus casas, es muy difícil encontrar bebidas alcohólicas en bares, supermercados o restaurantes. Tendrás que conformarte con la cerveza sin alcohol para matar el gusanillo (si es que la toleras).
Por último, no te la juegues con el agua que no esté embotellada, lleva la tuya propia siempre que puedas y nunca rellenes.
6. Transporte
Aunque Marruecos no es el peor país de África en cuanto al tráfico y el estado de las carreteras, no deja de tener esa tendencia caótica y heterogénea donde se pueden juntar tres motos, dos coches, una furgoneta y un carro de burros en una callejuela que parece no tener salida.
De igual manera, en las grandes avenidas, la circulación tiende a ser densa, confusa y sin normas aparentes, aunque ellos aseguran que sí que las hay, las suyas propias.
Aún así hay valientes que deciden alquilarse un coche por su cuenta para realizar sus traslados, ya que las carreteras nacionales y comarcales son más tranquilas. Nosotros, en términos de no estresarse demasiado y aprovechar el tiempo, creemos más útil utilizar un conductor, que además te puede hacer de guía y será la forma más rápida e interesante de llegar a tu destino.
También existe la opción del transporte público, generalmente de uso exclusivo por parte de los locales, atestado y con un incremento en el tiempo de viaje proporcional al ahorro de dinero con respecto al coche.
🙇🏻♂️ TIP Routive
La policía para constantemente a los coches, especialmente a la entrada o salida de las poblaciones. Esto tiene la parte buena de sentir que hay bastante vigilancia y la parte mala de que te van a sacar dinero por cualquier cosa, especialmente si eres extranjero.
En las carreteras marroquíes más transitadas también hay numerosos radares, y no indicados como en España. ¡Mucho ojo!
Un pequeño truco es que conduzca una mujer si alquilas coche, ya que a ellas las paran menos que a los hombres. En un día normal de ruta te pueden llegar a parar 3 ó 4 veces tranquilamente.
7. Vendedores y Falsos Guías
En Marruecos te encontrarás con multitud de vendedores reclamando tu atención, especialmente en zocos y lugares turísticos, así como guías espontáneos que se ofrecen a «ayudarte». La medina de Marrakech es la máxima expresión de esa sensación de atosigamiento (en temporada alta), pero fuera de allí es mucho más inusual que te molesten con preguntas e indicaciones constantes.
En Marruecos diferenciarás perfectamente los guías oficiales de los que no lo son, ya que todos los oficiales llevan una acreditación al cuello perfectamente visible.
Los que no la llevan te dirán que ellos son oficiales, que que se ha olvidado la acreditación o que no es necesaria, prometerán llevarte a todos los sitios importantes y por menos dinero, pero no es cierto.
Los guías no oficiales son ilegales, pero abundan en las medinas de Fez o Marrakech. Se tienen que andar escondiendo de la policía, de los guías oficiales y además no te pueden acompañar a ninguna visita al interior de un monumento. Ellos se juegan mucho, ya que si son descubiertos, irán directamente al calabozo y pueden acabar hasta en la cárcel.
Esto hace que se alejen de ti y te den indicaciones desde la distancia, que no se metan en las principales calles y plazas o que te lleven a visitar comercios donde ellos se sacan comisión. Vamos, una auténtica pérdida de tiempo (te lo decimos por experiencia).
Si quieres librarte de ellos rápidamente, contesta que ya has visto lo que te dicen o que ya has comprado lo que te ofrecen, ¡mano de santo! Recuerda que con educación y buenas palabras, se consiguen más cosas y más rápido que con malos modales.
8. Desierto
Es absolutamente cierto que una de las cosas más especiales de viajar a Marruecos es visitar el desierto del Sáhara, pero hay que tener en cuenta que el viaje hasta allí es largo y puede resultar tedioso. Cuando se habla de visitar el desierto, normalmente nos referimos a pasar al menos una noche en una haima bajo las estrellas en Erg Chebbi o Erg Chigaga, las dos formaciones dunares donde se puede pisar la fina y bella arena del Sáhara.
Estos dos lugares están a más de 6 horas de viaje desde Fez o Marrakech, y aunque por el camino se puede disfrutar de los preciosos valles del Atlas, de las míticas kasbahs o de verdaderos oasis llenos de palmeras, es cierto que esta visita requiere de mucho tiempo y muchos kilómetros de coche.
Verás ofertas para ir al desierto de Zagora, no te dejes engañar, en Zagora apenas hay dunas y puedes llevarte una decepción. Te prometerán la misma experiencia que en Merzouga, y es verdad que podrás dormir en una haima o pasear en camello, pero el entorno no tiene nada que ver con el de Merzouga o M’Hamid (un poco más al sur de Zagora). También ofrecen noches en el desierto en Agafay, que es un paisaje un poco más interesante que el de Zagora, pero igualmente árido y sin dunas.
9. Riads
Para nosotros no cabe duda de que algún día deberías alojarte en un riad si visitas Marruecos. Estas casas con un patio central son una auténtica delicia y nos ayuda a entender un poco más de la cultura marroquí.
Riad significa patio o jardín, ese lugar central donde relajarse y charlar, un punto de encuentro para los miembros de la familia, así como un lugar fresco y bonito para refugiarse del sol abrasador.
Ahora reconvertidos en preciosos hoteles, mantienen los azulejos, plantas y fuentes que tan familiares nos son en España también. Los hay para todos los gustos y bolsillos. En nuestra opinión, los más fiables son los que están reformados, ya que encontrarás un buen equilibrio entre comodidad y precio. Los viejos quizá tengan más encanto, pero los muebles y espacios son menos funcionales.
Existen muchos riads con precios asequibles, pero no es mala idea darse un homenaje alguno de los días y buscar la máxima calidad en función de tu presupuesto. ¡No te arrepentirás!
10. Mezquitas
Las mezquitas en Marruecos están cerradas a las visitas, sólo está abierta al público la Mezquita de Hassan II, en Casablanca. Los marroquíes son muy celosos de sus rituales religiosos y no permiten la entrada bajo ningún concepto a los no musulmanes.
Incluso en la Mezquita de Hassan II no dejan acceder al lugar de rezo, sino al resto de zonas de una construcción reciente pero superlativa en cuanto a tamaño y opulencia en su decoración, una absoluta referencia para todo el mundo árabe.
También hay otra al sur de Marrakech que se puede visitar, la de Tinmel, ya que está en desuso. Fue una de las primeras mezquitas del reino Almohade, y su arquitectura marcaría el estilo de las siguientes.
Si tienes la esperanza de que alguien te invite a pasar a alguna mezquita más pequeña, no queremos quitarte la ilusión, así que no olvides llevar ropa ancha y sencilla, pañuelo en la cabeza si eres mujer y evita las horas de rezo, ya que será más difícil que te permitan echar un vistazo.
11. Niños y mendigos
Tristemente, es habitual ver a niños pidiendo en los márgenes de las carreteras o en lugares turísticos. Pero se desaconseja siempre darles dinero, ya que muchos son víctimas de la explotación de sus padres, de alguna mafia o se encuentran enganchados a esnifar pegamento.
Por contra, si viajas a través de los pueblos, te toparás más de un hombre con pinta venerable que realmente vive de la caridad. Puede que incluso tenga hijos al cargo y posiblemente acepte cualquier tipo de limosna, sea monetaria, alimenticia o ropa.
También es muy habitual ver a mujeres pidiendo, suelen ser viudas o divorciadas a las que se les ayuda con una especie de diezmo por parte de los vecinos o comerciantes.
12. Fotos y vídeo
A los marroquíes no les gustan nada las cámaras de fotos. Si eres de los que siempre te llevas un montón de imágenes de tu viaje, o esperas hacer un vídeo súper chulo a la vuelta, más vale que vayas preparado para encontrarte con el rechazo de mucha gente, que te pedirá (y no siempre de buenas maneras) que no los grabes a ellos, su puesto de comida, ropa o lo que sea.
Incluso por la calle verás cómo las mujeres se giran para que no las saques y los hombres te piden que no los grabes, especialmente en los mercados. Así que te recomendamos ser lo más discreto posible o pedir permiso antes de sacar la cámara.
No te lo tomes a mal, no sólo quieren preservar su vida y negocios al margen de miradas ajenas, Marruecos es un país muy vigilado por las autoridades, por lo que muchos te pueden tomar por un agente encubierto.
Esto es todo lo que tenemos que decir sobre las leyendas más comunes que circulan sobre Marruecos y los marroquíes, esperamos que te hayan despejado un poco la mente y que confíes en nosotros. Cualquiera puede tener una mala experiencia en cualquier lado, pero eso no significa que se pueda generalizar.
Creemos que no hay mejor cosa que las buenas recomendaciones y la confianza mutua, tanto con los viajeros como con nuestros conductores, pero si aún tienes alguna duda, recuerda que puedes hablar directamente con nosotros escribiendo a hola@routive.com. ¡Te responderemos raudos como el rayo!¡Buen viaje!🚗🌴☀️
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